Día 1 Viernes 13, buena suerte.El fin de semana promete... desde mi viaje a pamplona ya estaba planeado el puente del pilar. Ramón y Dani habían alquilado un apartamento en Moraira para venirse a pasar unos días al mare nostrum y yo, por supuesto, me apunto.
Para mi la aventura comienza el viernes a medio día (íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿puente? íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿que puente?). Aprovecho la soledad que me rodea en la Universidad (donde trabajo) para escabullirme pronto (las 2) ... el equipo ya estaba dispuesto en el coche, el deposito lleno, y el tomtom incordiando ya... "gire a la izquierda"... y recordandome que solo dos horas me separan de mi próximo destino. Antes de salir, unas llamaditas....
"RAMOOOOOONNNNNN.... que pasaaa!! os habeis tirao esta mañana o que? cómo está el agua? a caído algo?"....
todo parece correcto.. hay dudas sobre la visibilidad y el clima pero parece que el mar aguantará tranquilo.
Una última llamadita a Andrés... que tenía lío en el curro y no sabía si podría apuntarse o que...
"Hey que pasa tío!... cómo va eso?... hace una pesquerita cabil o que?"
Al parecer ha estado pegando levante, por lo que cabe la posibilidad de que no esté muy buena...
Vistazo a la webcam...
"Achuuuu... tie buena pintaaa!!"
yo "-Bueno, que hacemos?"
andres "-Bueno, aunque esté turbia se puede probar, así pruebo mi nuevo minijedi"
Ya todo correcto y decidido, nueva llamada a Ramón y Dani...
"A las 4'30PM en casa de andrés..., hoy cenamos dentón (risas)"
Ahora ya si que está todo... me subo al coche, y en marcha... de camino... pues unas fotos para no aburrirme
Llegamos a casa de Andrés que nos espera con el macuto y sosteniendo un Minijedi en una mano y un Dentón106 en la otra... (CASI NAAAAAA) Al mismo tiempo llegan Ramón y Dani. Saludos, abrazos, besitos por aquí, cachondeo por allá.... y andando que el tiempo es oro. Rumbo al huerto de Andrés a ver que tal están las tomateras.
-Está sucia-. Dice andrés nada más ver aparecer el mar tras los edificios. Las pequeñas olillas de escaso medio metro son suficientes para remover el abundante sedimento típico de estas zonas tan homogeneas y de amplia plataforma. Sin embargo hoy estoy motivado y el hecho de pescar en agua ligeramente turbia, en la época que estamos, y en el sitio que estamos me hace presagiar una gran batida.
Cargamos todo en mi pobre coche para bajar la inmunda cuesta y ellos tres se bajan andando mientras yo les acompaño con el coche.
Una vez abajo y con bastante parsimonia como suele ser habitual, nos vamos cambiando y comentando las distintas estrategias a seguir. Hoy triunfarán los fusiles cortos y manejables debido a la turbidez del agua por lo que Andrés escoge su flamante Minijedi, Ramón y Dani sendos 90 y yo mi amado KILLER (mi beuchat mundial 100 modificado y sobradamente conocido en este foro).
Iniciamos la batida de pesca. Efectivamente el agua no está muy allá, y me da la sensación de que llevo el arma perfecta. Habrá unos 4m de visibilidad, según las zonasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ La técnica a seguir, hacer esperasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ muuuuchas esperas y estar siempre atento por que en cualquier momento, en cualquier lado, puede saltar la liebre (así es el cabo). En la boya llevo un 85 de similares características a mi killer (por si acaso).
Al rato de estar haciendo esperas infructuosas me llama Andrés que andaba por ahí cerca. Al parecer había disparado a un mujol gordo, pero el nylon ha partido y la flecha puede estar por cualquier rincón de la comunidad valenciana. Fondeamos las boyas e intentamos reproducir los movimientos anteriores para adivinar el vuelo de la varilla, pero la turbidez del agua, una incipiente corriente que nos desplazaba y la tupida posidonia que cubre el fondo hace que desistamos al rato. Le presto entonces mi 85 pero al cargar salta el obús smoby recién montado (habrá que poner más ímpetu en ese constrictoríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦) Finalmente, desmonta una de las gomas del minijedi y se la pone a mi fusil y con eso consigue seguir pescando.
Una vez solucionado el problema me desmarco un poco de la zona (con el follón de fusiles y buscar la varilla, cualquiera sigue haciendo esperas por allííƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦) Así que busco algo interesante más hacia adentro. En una espera veo la primera pieza interesante del díaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ un sargo, la escasa visibilidad no me permite apreciar bien su tamaño, en esta zona está un poco más turbia y el esparido titubea en el límite junto con otros congéneres de menor tamaño. Finalmente se decide a acercarse y se desliza lentamente entre dos monticulos hasta entrar en el campo de acción de mi killeríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ le apunto tranquilamente sin desviar la vista del horizonte, está tranquilo pero ahora no me parece que merezca la pena, además está muy cerca del fondo y el tiro sin duda tocaría piedra detrás así que desisto y no le tiro, aguanto un poco más y subo.
Al finalizar otra de mis esperas en un amplio canal arenoso con algunos desprendimientos a los lados, observo más adelante las siluetas de un vuelo de sargos. Podría ser interesante hacerles una espera por si hubiera uno gordo o una corva por allí. El canal no es otra cosa que una discontinuidad de unos 5-6m de ancho en una plataforma llana y rocosa tapizada de posidonia. El desnivel no llega al metro y medio y en algunas zonas presenta piedras sueltas o viseras más o menos profundas. Es el tipo de orografía que busco para ir siguiendo íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“il canaloneíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ haciendo esperas consecutivamente. Las esperas las realizo en uno de los lados del canal, ya que si caigo en el centro, en la arena, estaría completamente expuesto, mientras que en los laterales alguna piedra pequeña me puede servir para ocultarme.
Me preparo mi apnea y caigo tras una pequeña elevación en la derecha del canalon que me permite apostarme en el sentido del canal quedando bastante bien oculto para las posibles presas que vengan de frente (en principio los sargos), pero completamente expuesto por los laterales y la retaguardia. Confiando que la turbidez palíe mi falta de pericia en encontrar el apostamiento adecuado, procedo con mi espera. Efectivamente veo a los sargos más adelante, están sobre una zona con algo más de desprendimiento, pero no parece haber ninguno decente. Comienzo con mi retaíla de artimañas esperiles: golpecitos, rascar la piedra, ruidicitosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ sin embargo en lugar de acudir fielmente a mis llamadas, desaparecen de forma gradual en la niebla. Lentamente desaparecen de mi vista, momento en el que giro la cabeza hacia la izquierda (hacia el otro lado del canal) y con el rabillo del ojo lo veoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ahí estáíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ remontando lentamente el canal por su vertiente izquierda y pasando a unos 4m en paralelo a mi. Tengo la tentación de girar el fusil hacia el ya que parece que no va a variar su rumbo y que va a desaparecer por delante mía, tal y como apareció, pero pienso que mi cobertura frontal le hará picar en cuando me sobrepase por lo que mantengo el fusil hacia delante sin moverlo. Efectivamente, cuando el dentón me adelanta me hundo todo lo que puedo tras la pequeña elevación. Ante este movimiento, la curiosidad le invade y gira 90íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š.- a la derecha poniendose perpendicular al canal pero sin detenerse y empieza a perderse en la turbidez. Me veo obligado a corregir y disparar antes de perder su silueta por completo. Muevo el fusil los pocos grados necesarios y sin pensarlo más dejo que mi killer haga el restoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ La varilla impacta en el lateral del esparido un poco retrasado pero en firme y sale disparado, y tras él yo, que salto de mi apostamiento fusil en mano para evitar tensión en el hilo con la certeza de que se metería en el primer agujero que encuentre. Y así es, aunque le he perdido de vista ya, sigo el dyneema hasta dar con el en una pequeña grieta, ya rendido y sin posibilidades.
Tras la captura me percato que la incipiente corriente de hace un rato ya no es tan incipiente y sin llegar a ser nada preocupante, me incomoda por el hecho de no poder seguir el canalon ya que no me veo el fondo. Intento no separarme mucho pues el canal promete y decido seguirlo. En la siguiente espera caigo fuera del canal, en la meseta rocosa donde el agua además está más turbia, apenas veo 2m por delante de mí. De repente un brillo azul activa mi instinto y automáticamente adelanto el brazo y disparo. No debería haberlo hecho pues era un dentón pequeño y el killer no perdona.
Corrijo mi posición con respecto al canal y avanzo unos metros con la intención de hacer otra espera abajo en un lateral. Esta vez consigo caer bien, aquí el canal es más amplio incluso y ni siquiera intuyo el otro lateral pero el agua está aquí abajo algo más limpia. A los pocos segundos de caer, giro la cabeza y veo una estupenda dorada. Nada desconfiada y pausada a unos metros del fondo, por encima mío y fuera de tiro, además está a un lado. No parece que tenga muchas ganas de acercarse más. Por el rabillo del ojo veo que de frente viene algoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ es un sargo MUY GRANDE, de hecho creo que he visto pocos tan grandes. A pesar del titubeo típico del sargo, se va acercando aunque no pierdo de vista la dorada que sigue examinandome de lejos. El sargo empieza a estar a tiro y lentamente le enfoco el fusil, está muerto ya, sin duda, sin embargo, al fondo intuyo otra cosaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡si! Es otra dorada parecida a la desconfiada, pero esta viene de frente, y ligeramente elevada. Sigo aún apuntando al sargo el cual lleva media hora en el horno, pero veo que la dorada segunda está decidida a entrar hasta la cocina así que aprovecho que se me cruza el sargo por delante de la dorada, aún fuera de alcance, para fijar mi nuevo objetivo. Mantengo el fusil y la dorada no se inmuta, sigue su rumbo decidida hasta que finalmente pasa lo que tenía que pasar y el acero queda incrustado en su mejilla derecha saliendo por detrás de la pectoral opuesta y quedando completamente K.O.
Levanto la cabeza buscando a los demás, y veo que estoy bastante alejado aunque no he pasado los 11m de profundidad. La corriente sigue insistiendo en llevarme aún más lejos por lo que decido que la pesca ya está muy bien y me vuelvo a contracorriente hasta que la protección del cabo me deja respirar un poco. Allí ya me encuentro con Ramón y Dani y veo que Andrés ya está sobre las rocas esperandonos. Ninguno de los 3 ha visto ni una escamaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ y es que esto es normal en el cabo. A pesar de mi corta experiencia en esta zona, ha habido días de no ver absolutamente nada y el compañero si, y al contrarioíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Ya en las rocas con la noche cayendo sin contemplaciones sobre nosotros, nos vamos cambiando y recogiendo los trastos.
Tras dejar a Andrés en su casa, nos vamos al apartamento en Moraira para hacernos una suculenta cena.
La casa no dispone de horno, pero si de una magnífica barbacoa en un jardín comunitario. Decidimos que el dentón será el invitado de honor a la cena.
Mañana el día dosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ un día muy completo, ya vereis.