La Parguera Dic íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¹í…“06
Todos hemos soñado algún día con retirarnos a vivir frente al mar. Si existe un sitio que yo haya visitado que me parece haber visto en mis sueños, ese es La Parguera
. Está ubicado en el extremo Sudoeste de Puerto Rico y sus costas están pobladas de mangles de todos los tipos y resguardadas del mar por una línea de arrecifes ubicada a una milla de la costa. Por su particular ubicación, el mar está bastante bueno a lo largo de todo el año y es una de las zonas con menos lluvia de toda la Isla.
En la Parguera también está una de las pocas Bahías bioluminscentes que existen en el mundo. Un paraíso
.
La salida se cuadró con mi inseparable compañero Fafa y su amigo de infancia Juan, que tiene un bote que le roncan los cojones (un Boston Wailer de 26 pies con dos motores de 200 Hp
). Había quedado con Roberto y Jorge el sábado, pero por compromisos etílicos con un cliente, me tuve que quedar en tierra
. A ellos les fue muy bien, por ahí pongo una foto que me mandó RobertíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Paso recogiendo a Fafa por Ponce a las 7 am (a 1 hora 15 min. de San Juan) y salimos junto a Juan a nuestro destino (a otra hora más de camino) contando batallitas y riéndonos de las anécdotas que Fafa nos iba contando
. Al llegar a la Marina, SORPRESA! Las baterías del bote están descargadasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.
Total que voy con Juan a comprar una batería, mientras Fafa se queda acomodando los íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“juguetesíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ en los 368 compartimientos
que tiene el mega-bote. Al llegar y conectar la batería, sorpresa otra vez! Un motor no quiere arrancar
. Estamos una media hora haciéndole la pajita, pero no coopera. A fin de cuentas, optamos por salir con un solo motor (que ya navegaba a unos 22-25 nudos) y nos dejamos llevar por las cartas del GPS de Fafa. Llegamos a un bajo con 10 metros de profundidad en su parte más llana que caía a unos 20-25 m para luego llegar al abismo. Pero el agua no estaba muy limpia. De todas maneras, nos tiramos Fafa y yo, mientras Juan sigue íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“bregandoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ con el motor que no arrancó nunca. Hay unas piedras muy bonitas, pero no hay mucha vida. Yo me tiré con mi leño, al que todavía le tengo que coger íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“el puntoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ y comienzo a alternar esperasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦..
Oigo un disparo y veo a Fafa con un ballesta en la varilla. Al acercarme, me señala una picúa de buen tamaño que le estaba dando vueltas a su pez, le hago una caída, la tengo a 3 metros de mi varilla, apunto yíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.. ME CAGO EN TíƒÆ’í†â€™íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“!!!
Le cepillo el lomo y se va. Qué cagada! Es que nunca más voy a poder usar este arpón?? Hago otras bajadas y veo tres calamares a lo lejos y pienso íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Esta es mi oportunidad para ver si dispara bien esta mierda o no. Además, necesito carnada para llevar a mis nenes de pescaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â. Apunto al más gordito y Schuuuuassss! Veo una nube de tinta. íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Le habré dado?íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ en la misma bajada, recojo la varilla y veo al calamar temblando en el monofilamento. Ya es un alivioíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Con el mar sucio de nada vale tener 6 metros de alcance. Dejo el leño en el bote y cojo mi Omer 110 (
The killer! ). En otra bajada, veo un parguito amarillo y lo atravieso de ojo a ojo (el feeling con este arpón es demasiado bueno
), luego cae un capitán (Pargo Gallo) con otro tiro perfecto.
Decidimos cambiar de zona, buscando más lejanía de la costa para encontrar agua limpia. Nuevamente nos guiamos por el GPS y navegamos hacia el íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“DropíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â. La profundidad cae de 18 metros hasta un abismo de 500 metros
. En la primera bajada se ve el fondo muy bonito, mucha visibilidad pero cero movimiento. Matamos una cojinúa para engodar a ver si aparece algún pelágico, pero lo que llega es un tiburón (que yo ni ví) que Fafa dice que estaba bien inquieto. Luego me llegan dos jureles ojo-gordos y escojo el más grande, dejándolo seco con un tiro en la línea lateral en el nacimiento de la agalla. En lo que lo estoy limpiando en el agua, veo en el fondo (24-26 metros) dos Pargos cebadales (Samas) de lo más bonitas, pero inquietas, que jugarían al escondite conmigo por unas 6-7 bajadas saliendo ellas vencedoras
. En una de las bajadas, cuando me despego del fondo, me pasa por el lado un Guasinuco (Cubera) de unos 25 Kg, que no volvería a veríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.
Sigo insistiendo con las bajadas en la misma zona y cae otro jurel igual al primero.
Fafa y Juan se salen del agua cansados, pero el fiebrúo (yo
) se quedaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦. Sigo insistiendo, obsesionado con las samas y el cubera, pero lo que me entra en una de las esperas es un pequeño banco de 4 individuos de una especie que en Venezuela se llama íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Pargo BlancoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, aunque no es de la familia de los Pargos (Haemullidae Album), pero logro pescar el ejemplar más grande que haya visto nunca (ni en las pescaderías, ni en los libros!
) y doy por terminada la jornada de pesca
.
Las fotos:
Esta fue la "pesquita" de Roberto....