La muerte del T20
Este Sábado pasado tuve la oportunidad de salir de pesca (muuuuuy temprano, como siempre) con Jorge y Roberto. El destino sería el Este de la Isla, más concretamente Fajardo, aprovechando un raro viento de Sureste que debía, en teoría, limpiar las aguas en esa zona.
Durante la semana le había sustituido la culata a mi T20 por una "anatómica" y estaba ansioso por probarlo. Llegamos a la primera marca y vemos que el agua no está demasiado clara; se parece más bien a las condiciones en las que se pesca en Venezuela: Agua sucia en superficie y un poco más clara en el fondo. Aún así me tiro al agua en compañía de Roberto, hacemos un par de bajadas y al no ver nada interesante, nos subimos al bote para cambiar de sitio.
Llegamos a "La Piedra de Rosendo", un sitio al que mis amigos le pusieron ese nombre, porque Rosendo, un personaje que pescaba con ellos, un día se salió del agua a cagar sobre la mencionada piedra....
Aparentemente no estamos en el punto. Roberto se tira primero al agua y se sale casi de inmediato diciendo: "No estamos en el pesquero". Yo, como ya me había tirado al agua y estaba casi listo para bajar, pienso: "Una bajada y me subo al bote". Entonces, me preparo bien y hago una bajada en la penumbra para llegar a un fondo de unos 14 metros donde, en efecto, no se veía ninguna piedra o estructura que pudiera alojar algún pez interesante, aunque abajo la visibilidad mejoraba sustancialmente. Sin embargo, con el rabillo del ojo veo algo que se mueve a mi derecha. Cuando enfoco, veo que son dos cojinúas amarillas (parecidas a los jureles de Antonchu
) de unos 5-6 Kilos c/u, pero ya se alejan... Intento un "cro-cro" a ver si vienen, pero no quieren saber del tango conmigo....
Cuando estoy por subir, veo totalmente mimetizado con el fondo e inmóvil un lindo Capitán (Pargo Gallo) que se lleva un tiro en la cabeza y sube conmigo en compañía de una picúa que se acercó tanto, que creí que me quería comer a mi...
. La asusté con el fusil descargado, pero no quería saber nada de irse. Ni los tiburones se ponen tan cabrones...
Me subo al bote y nos movemos al "pesquero" que estaba a escasos metros de donde estábamos en ese momento.
En la siguiente bajada, noto que se me hace incómodo tener el fusil en la mano y pienso "Esta culata anatómica es una mierda! Hubiera dejado la culata original....
". Pero en las bajadas siguientes, me doy cuenta de que algo no funciona; me cuesta un huevo mover el fusil.... De repente, veo unas burbujitas salir de la unión del cabezal con el tubo y pienso lo peor....
. Le quito la varilla y compruebo como el fusil se hunde inexorablemente sin ella. Mi T20 ha muerto.
Será por el excesivo stress al que estuvo sometido por tanto tiempo llevando gomas demasiado cortas y duras? Será que sin darme cuenta lo golpeé al cambiar la culata? No sé. Ya le escribí a la Omer. Veremos si me reponen el tubo por garantía; oren por mi....
Me dirijo al bote y Roberto me presta uno de sus fusiles; un Rob Allen 140 doble goma. Al cargarlo, una de las gomas se rompe.... Por suerte yo tenía dos gomas de repuesto en el bote y le ponemos una. Vuelvo a cargar y se me rompe otra goma. Quedan dos. pongo otra de las gomas de repuesto, cargo y .... COíƒâ€˜O! INCREíƒÆ’í†â€™íƒâ€ší‚ÂBLE! Se rompe una!!! monto la última goma que queda y al cargarlo, se rompe también (la verdad es que estaban todas viejas, pero COíƒâ€˜O!
). Dejo el fusil de Roberto y cojo uno de Jorge; un Rob Allen de 90 cm con una sola goma (peor es nada...), cargo y adivinen qué? Se rompe la goma....
. Me subo de nuevo al bote y "parapeteo" la goma del fusil utilizando un nylon de pesca para amarrar el nudo constrictor del obús (la goma se había roto en su parte final, a la altura de la bolita que va adentro) y así voy finalmente al agua....
Cuando estoy ventilando en la superficie, veo un par de sierritas nadando a media agua y les hago una caída. Una de ellas se viene pá casa... El fusilito tira bien, aunque no muy potente.
Destripo la sierra en el agua y llegan sus primas a comer, otra pál saco
. Y así otra vez
. Para como están las cosas, ya la pesca está hecha. Sin embargo es temprano y seguimos en el agua. Caen algunos parguitos amarillos y un salmonete (a los que no tomo fotos). Yo no me concentro pensando en mi fiel compañero de tantas pescas (T20), pero ya que estamos en el agua, hay que arrear al burro....
Ya casi al final de la jornada, hago una bajada al "veril" para intentar una espera a ver si aparece "algo" decente, cuando de repente veo que algo se mueve sobre las piedras, en la frontera con la arena... COíƒâ€˜O! Son dos langostas de MUY BUEN tamaño!!
. Suelto el fusil para marcar la zona y me abalanzo sobre la más grande de ellas abrazándola
(en Puerto Rico es ilegal y severamente penalizado disparar a las langostas). Subo con ella apretada a mi pecho, mientras me clava sus uñas en la comisura entre los guantes y el traje
. Ya el otro día se me escapó una por tratar de acomodarla por el dolor.... Esta vez aguanto como macho que soy y no suelto presa!
. Al llegar a la superficie, veo que Roberto está al lado mío y le digo que baje, que hay otra, pero él luego me dirá que el fusil estaba flotando a media agua y no la encontró....
La jornada termina y como siempre, la sesión de fotos en el bote y en la casa con los niños, que emocionados, se retrataron con la langosta que nos comeríamos el Domingo en la noche
.
Las fotos de la pesca:
Las fotos en la casa:
La langosta estaba aún viva al momento de las fotos...
Las fotos del "difunto":