Querido Guayo. Mi mas incondicional apoyo para ti en esta dificil singladura que ahora comienzas. Te contaría cómo lo dejé yo tras mucho tiempo, pero el mérito ha de ser tuyo entero. LO que si te voy a contar es cómo dejarlo definitivamente empleando el condicionamiento clásico de Paulov. Este tio amaestró perros asociando sus deseos a estímulos positivos y negativos. En este caso, tú debes asociar el tabaco con un estímulo negativo.
En primer lugar, deja que el ansia te posea. Deja que el mono se te suba al hombro y te susurre cosas: -íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Quieres saborear el humo de un cigarrito despues de comer?...sin miedo, coge un cigarro. Ahora tienes un cigarro (tu deseo) en la mano y debes asociarlo a un estímulo negativo. Facil.
Lo enciendes Y TE LO METES POR EL CULO. íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿Ves qué facil? Salvo desviaciones de conducta (muy propias, por otra parte,de estos tiempos de bizarrerias y mariconismos) ahora NO TE APETECE EL CIGARRO porque lo asocias a esa molesta SENSACION DE ARDOR QUE HAY EN TU CULO.
No hace falta que me des las gracias, compañero. Así soy yo.
Nos vemos en el agua.