SOS a la reserva marina gallega
La zona galaico-cantábrica tiene menos de un 1% de superficie marina protegida, que se concentra sobre todo en Asturias
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http://www.laopinioncoruna.es/estaticos/graficos/20091215/mar.htmlAmpliar las zonas de protección marina para garantizar la riqueza y la diversidad biológica de la costa. Un informe de Oceana propone nuevos enclaves costeros que deberían contar con la garantía de conservación. La zona galaico-cantábrica cuenta con menos de un 1% de superficie protegida, que se concentra principalmente en El Cachucho, en Asturias. El Parque Nacional Illas Atlánticas, Os Miñarzos y la costa de Cedeira son los únicos espacios naturales de importancia ecológica que cuentan con protección en Galicia
ANA SíƒÂA | A CORUíƒâ€˜A La superficie marina gallega se caracteriza por la riqueza y la diversidad biológica de sus especies. Corales, moluscos, anémonas y algas, entre otros ejemplares, convierten a la costa en uno de los paraísos naturales de Galicia. Pero lejos de contar con una amplia garantía de conservación, estos espacios apenas tienen protección y el área galaico-cantábrica cuenta hoy en día con menos de un 1% de superficie protegida, que se concentra sobre todo en El Cachucho, en la costa asturiana. En Galicia tan sólo tres áreas marinas están protegidas: el Parque Nacional Illas Atlánticas, Os Miñarzos y la costa de Cedeira.
La organización Oceana presentó ayer un informe en el que ha identificado nuevas áreas de importancia ecológica en la zona galaico-cantábrica y propone una ampliación de espacios protegidos. "Hemos registrado zonas que por sus especies y por su hábitat necesitan una mayor protección para conservar con el tiempo esta riqueza", señala Ana de la Torriente, científica marina y una de las autoras del informe.
Entre las propuestas de Oceana para la costa gallega se incluye la ampliación de protección en el Parque Nacional Illas Atlánticas -concretamente las Illas Ons y Sálvora-, la ampliación de Os Miñarzos y Os Meixidos, las Illas Sisargas -que piden además que sean incluidas en el Parque Nacional Illas Atlánticas- y la zona de Cedeira y Estaca de Bares -sobre todo los bajos de Bermeo y Niebla.
En la zona cantábrica se mencionan también enclaves como el cañón de Avilés y las aguas frente a cabo de Peñas, en Asturias; el bajo de Castro Verde, en Cantabria; o los fondos marinos frente a Jaizkibel, en el País Vasco, entre otros. En total, la organización que trabaja para recuperar los océanos del mundo se propone proteger cerca de 45.000 kilómetros cuadrados en el área galaico-cantábrica.
"Las zonas que se protegen de las Illas Atlánticas son muy pequeñas y debería ampliarse esa conservación a zonas de mayor profundidad", indica De la Torriente. "Las especies que pertenecen al parque nacional que viven más lejos están excluidas de la zona de protección", añade.
Os Miñarzos poseen campos de coral árbol amarillo y espoja copa, entre otras especies, que convierten este espacio en una zona muy interesante desde el punto de vista biológico. "El norte de Galicia, sobre todo las Illas Sisargas y los bajos de Bermeo y Niebla, tienen un ecosistema muy atractivo que está desprotegido", afirma Ana de la Torriente. Sin embargo, proteger las áreas marinas sigue siendo la asignatura pendiente. "Es urgente adoptar medidas internacionales, como el Convenio de Biodiversidad Biológico en el que se establece que en 2012 al menos esté protegido un 12% de las áreas marinas", indica la científica. A pesar de gozar de esta gran diversidad biológica, Oceana resalta la escasez de peces y crustáceos de valor comercial, como el rape, el gallo, el lenguado, la cigala o la merluza. "En las profundidades que visitamos hemos observado la prevalencia de la pesca de arrastre", explica la científica.
¿Cuál será su futuro si no se custodian estas zonas marinas? "Existen cotas y vedas, pero son simplemente alternativas complementarias a los planes de gestión de las pesqueras", indica De la Torriente. "No puede existir el arrastre si se quieren seguir conservando corales o jardines de gorgonias, por ejemplo", añade.
En este sentido, desde la organización Oceana señalan los intereses económicos de bateadores, mariscadores y otros trabajadores del mar como principal problema de conservación. "Los ecosistemas son muy variados, pero hay muchos intereses detrás y debería haber otro tipo de gestión", indica De la Torriente.