Son las 3 de la mañana y sigo dando vueltas en la cama sin poder conciliar el sueño. Ayer me metí una paliza de espanto y mi cuerpo se niega a bajar la guardia. Al final, mi cuerpo se rinde y me quedo dormido sobre las 4...pero el despertador no tiene piedad y pita a las 8:15. Vaya putada, con lo poco que a mí me gusta madrugar! Pero hoy no me queda otra, a mediodía va a entrar leveche fuerte y hay que aprovechar la mañana. A duras penas me despego de las sábanas, arreglo la casa y salgo a desayunar. Hoy no tengo humor ni de pincho de tortilla, ni de que el sol me acaricie la cara, así que me pido un café cargadito y una tostada con dos porciones de mantequilla. El café cumple su función y poco a poco voy reaccionando.
En menos de 15min estoy con el traje puesto, proa al viento. Voy a visitar unas piedras honditas con poca esperanza de encontrar agua clara. Tiro la boya marcadora justo encima y fondeo. La primera bajada confirma mis peores expectativas: chocolate. No se ve ni un metro. Como he caido exactamente en las piedras aprovecho que casi le he dado un cabezazo a una corva y la acabo de rematar del susto, con un certero disparo a bocajarro.
Levanto el ancla con alivio de pensar que voy a aguas más claras y menos profundas. Pasar del abismo a aguas calentitas y claras es un gustazo. Tiro el ancla en una zona que hace tiempo que no visito y bingo!! el agua cristal. Se ve cierto movimiento de comezón, esto huelo a dentón.
La zona son tres grandes lajas con un canal en el centro que desemboca hacia mar abierto. Siempre he hecho las esperas en la base de las piedras, y hoy repito el proceso. Cuando me posiciono en el fondo, escondido entre dos piedras, me doy cuenta de que los dentones empiezan a desfilar desde la parte de arriba de las piedras, por el corredor, hacia mar abierto. Una vez fuera de las piedras, es más dificil ponerlos a tiro porque no tienen ningún accidente natural y se sienten cómodos remoloneando a distancia segura. Mierda, he perdido mi oportunidad.
Sin perder del todo las esperanzas, preparo un largo acecho por el fondo, para ascender por el canalón y atacar la parte de arriba de las piedras. No vaya ser que se haya quedado algún dentón remolón o alguno de los primeros soldados, hayan vuelto sobre sus pasos. Voy reptando por el canalón, hasta que me asomo por encima de la primera piedras. El agua está cristal, las castañuelas se encuentran repartidas en toda la columna de agua pero se las ve nerviosas. A lo lejos veo un destello rosado y pienso que pueden ser los dentones, pero se me antojan muy lejanos y ya he consumido buena parte de mis reservas de oxígeno...
Cuando ya estoy pensando en subir veo una cabeza que se acerca decidida, es buena, pero a su lado, una abultada mandíbula apunta también hacia mi posición. Cambio poco a poco la dirección del fusil apuntando hacia esos labios blancos que, poco a poco, empiezan a enseñar unos afilados colmillos: Este sí que es gordo, y parece que quiere entrar!
Un precioso ejemplar se dirige hacia mí sin titubeos. Así me gustan a mí los dentones, francos y valientes. A medida que se va acercando, me va dando los flancos alternativamente, primero ojo derecho, ahora ojo izquierdo, ahora derecho, ya más cerca, ahora izquierdo, si se acerca un poco más le atizo de frente, ahora ojo derecho, coño que me come. Zassss, taponazo en toda la camota y FRRRRRrrr salida fulgurante con chorro de burbujas. Impresionante la arracanda!!! Ver un animal de este porte, con el agua cristal no tiene precio. La magnífica silueta con las aletas desplegadas refleja el sol como un espejo a medida que lo voy subiendo, vaya colores!! La abultada cabeza me dice que este pasa de los 7kg. Cuando ya lo tengo arriba me doy cuenta de la imponente captura y me quedo contemplándola durante unos segundos. Esto es pesca, soy feliz.
P.D. Las fotos, horrorosas. Es lo que tiene ir solo.