Después de más de un mes que no me mojaba, ayer salí con Angel por aquí cerca de Cumaná para jugar un poco con los equipos.
El primer sitio que visitamos es un avión hundido a 17 metros muy cerca de la ciudad, casi al frente de los hoteles. Allí casi siempre hay un cardumen de pargos dentones (Lutjanus griseus) de buen tamaño que entran y salen de los huecos, pero el lugar es visitado por los botelleros de aquí y literalmente lo peinan. Además ya los pargos están avispadísimos y sólo es posible hacer unos pocos disparos antes que se desaparezcan de la vista. BUeno, en mi primera bajada me poso sobre un ala a esperar los pargos y no se me vino ninguno realmente bueno así que no disparé. Cuando comienzo a subir y veo hacia las turbinas, veo que se asoma lo que creo que es un mero aguají de buen tamaño... me freno, le acecho y plum!!!! El bicho probó el veneno del mamba y ni se enteró 8-O . Pero el que tampoco se enteró fui yo... cuando en la superficie me doy cuenta que no es un aguají sino un mero negro (Epinephelus nigritus) un animal muy pero muy dificil de ver y que usualmente vive a mucho fondo. Lástima que estaba chico (2 kilos exactos), pero para adivino Dios:
Este mero es un Epinephelus y dejando a un lado la coloración, es idéntico a uno de vuestros meros mediteraneos (Epinephelus marginatus). Muy sabroso en la mesa.
Buerno, volviendo al avión. íƒÂngel hace una bajada y cae en el ala. Ve un pargo grande quieto sobre el cuerpo del avión. Le hace un acecho cuidadoso, apuntándolo simepre. Cuando el bicho lo descubre intenta meterse muy rápidamente en un hueco pero más rápido llega la varilla del sten y pargo de 3 kilos a bordo:
Después de eso los bichos se pusieron muy ariscos y nos vamos hacia el bajo de siempre, donde a veces pillamos los petos. Fuimos con esa idea porque nos dijeron que los han estado pescando con anzuelo y comenzamos a esperarlos en las piedras donde es más probable que lleguen. En una de esas, Angel bajó y tiró un pargo pequeño pero la varilla se le enrocó como a 20 m. Bajé yo a sacarla sin fusil y vinieron los petos a comerme por la espalda... solo que yo no los vi y angel estaba en la superficie con dos fusiles en las manos (el de él descargado y el mío). Luego de eso se perdieron por un buen rato.
Había muchísima carnada y el agua estaba clarísima de manera que la vista era muy bonita. También a cada momento entraban las "cabañas" (como bonitos pequeños) a atacar a las sardinas, y quedaban las escamas suspendidas recordando la carnicería que hubo. Estuvimos en eso por horas hasta que al fin nos entraron de nuevo los petos. Angel tiró uno pequeño y casi inmediatamente yo tiré otro. Angel dominó el suyo, pero el mío aun cuando le quebre la columna pudo saltar fuera del agua y se soltó. Una cosa que vimos es que están mucho más ariscos ahora, ya como que nos conocen. Este es el de Angel:
Luego nos entraron de a pocos (un animal suelto o tres) pero no nos daban tiro. Nos fuimos a otras piedras más hondas a ver si teníamos suerte. En mi primera bajada veo un pargo cebadal de los muy buenos (tal vez cinco kilos). Intento acecharlo un rato por el fondo pero como eso es mucha agua pra mí (22 m) decido subir. Baja Angel más adelante y tira lo que nosotros llamamos "queche". Como estos bichos usualmente andan en cardumen, después que me preparo bajo yo y veo que hay un banco de unos siete animales. Busco el más grande a medida que hago la caida y cuando estoy lo suficientemente cerca le tiro. Pero... como los petos podrían aparecerse en cualquier momento llevava por si las moscas en el fusil tres vueltas de nylon y el "queche", al que no le di un tiro mortal, con toda esa libertad de nylon buscó el primer hueco donde meterse, y lo consiguió a unos 22 m. Intento halarlo mientra subo y nada. Como ya era tarde se estaba comenzando a meter la brisa así que debíamos operar rapido. Bajé primero y vi que me era complicado sacarlo a ese fondo así que puse más plomo en el cinturón, le até un cabo y lo suaría como péndulo. De esta manera sí pude sacarlo pero de todas formas llegue "mamado", como dicen aquí, a la superficie.
Total que lo que llamamos "pargo queche" o simplemente "queche" se vino a casa:
Este pez no es en realidad un pargo (es decir, un lutjanido) sino más bien un "corocoro" o Haemulidae, como vuestros borriquetes. Solo que por el parecido con los pargos lo llaman de esta manera. La especie es Haemulon album y es un pescado muy bueno (para algunos mejor que los pargos o meros). UNa captura también ocasional por estos lados.
Bueno, esos pescaditos fue lo que se nos dio esta vez. Nos es mucho pero matamos el mono. Al llegar a Cumaná nos llevaríamos la sorpresa que un guardia nacional nuevo en la marina y atravesado se antojó de nosotros y nos metió caña con lo del permiso de pesca recreativa, el cual no lo está dando más la autoridad que aquí debe hacerlo ("INAPESCA") pero el tipo era terco como una mula. Supuestamente ahora no los darán porque lo solicitarán ellos mismo. Veamos.
Saludos
Alexis