Hola a todos,
Las últimas salidas de pesca no han sido buenas para mi, mucha pieza suelta pero poca PIEZA de verdad, que en definitiva es con lo que sueño cada vez que salgo. Finalmente el Domingo el mar me dio una alegría de las grandes, decidí hacer una salida selectiva jugándome todo a pocas cartas pero buenas. Salí de puerto con la parienta más tarde de las 5 de la tarde con la idea de calentar en un sitio a poco agua y luego ir derecho al turrón a la hora buena a probar suerte.
En mi primera bajada en zona, me paso a distancia de canto un duro un banco de doradas como nunca antes había visto. No pude disparar, pero les calculo 5 o 6 kg. Suerte tuvieron las jodias. En la segunda bajada no vi nada y cambie de sitio.
Segunda parada un poco más profunda, tiré marcadora y me preparé para hacer la primera a constante para intentar pillar por sorpresa a algún perraco bueno. Cuando llego al fondo, la situación era de libro, todo lleno de castañuelas, alguna lecha, dorada..y al fondo un pepino suspendido a unos metros del fondo, solo, tranquilo y controlando el cotarro. En pocos segundos, se le pelo en cable y se dispuso a controlar su zona de caza, enfilándome sin titubeos hasta que se dio cuenta que algo no iba bien, era tarde, nada más girar apreté el gatillo.
Yo no entiendo que pasa, pero pasan los años y estos bichos me dejan flipado, llevo el carrete casi bloqueado y poco más y me quita el fusil de las manos, al final abrió y se metió a tomar por culo por lo menos 3 mts pa dentro del agujero, no me lo podía creer, todo se complicaba mucho. Nada más subir le pedí a mi mujer la boya saca meros, tensándola a 2mts del fondo, luego me subí cagando leches a la barca a por el cinto de variable y el péndulo, cuando de repente mi mujer me grita í¢â‚¬Å“la boya está flotandoí¢â‚¬Â, una de dos o se ha soltado el pescao (lo más probable) o está cediendo, me tiro al gua como un pato para volver a tensar el tema antes de que vuelva a estar suelto, a los pocos segundos la boya vuelve a subir, así hasta 3 veces mas. Estaba fuera. Al final con una tronera increíble consigo subirlo. Mucha suerte he tenido.
Después de eso, solo quedaba irse a casa. Este ha sido uno de los peces que más he disfrutado, nunca se me olvidará