Aunque parezca mentira, llevaba desde septimbre sin tocar agua, el lunes me llego una caja de polosub con un 7,5 y mi temporada empezaba. Hablé con Pedro (aljorra) y quedamos para el martes, al amanecer el tiempo estaba muy chungo de viento y lo dejamos para el miércoles.
El agua estaba buena, fría, pero buena. En pricipio me hubiera gustado más con un levante flojo, pero no está la cosa para elegir. Todo eran dudas, desde que empecé a pescar hace ya muchos años, nunca he tenido un periodo de inactividad tan grande y no se como estaría de apnea. Por lo menos físicamente no estaría mal, ya que no he parado en todo el invierno. Siempre queda la esperanza, como dice mi compi paco, dentonero se nace.
Al final, por no enrollarme mucho con la jornada, tuve una potra de campeonato: Baja Pedro y me dice que ha visto a unos lilas apaticos, bajo a 18 mts y veo lomos azules al fondo, pero no hacen ni el amago de entrar. Subiendo me doy cuenta que es de libro, preparo bien la bajada y me voy al turrón, a la arena, no sabía como iba a reaccionar el cuerpo a la profundidad, pero según hago el golpe de riñón, me concentro en relajarme a tope y noto que voy al pelo, llego al sitio, y ahí están, me he metido en su territorio y se que se van a cabrear, el gordo hace un amago y en el segundo amago, me da tiro, con la suerte que le pego en la camota, nada podía fallar, tenía el hilo bien, aletilla revisada y gomas cambiadas. Tirón del fondo y me lo subo del tirón.
No me lo podía creer, que puta chorra.
Me voy a la barca, dejo el dentón, vuelvo, y en la siguiente bajada pego el segundo, más pequeño que el anterior, pero me da la misma satisfacción. A partir de ahí, me puse en modo off y me dedique a disfrutar mis dos piezas
Fotico de teléfono: el grande pesa cerca 5,5 y el peque algo mas de 2