Hacia años que no publicaba un post de pesca... Pero el compañero Predator decía que se echaban de menos y no quisiera cerrar el año sin hacerlo con alguna pieza destacable.
Post confinamiento pude disfrutar de unos días de mar inolvidables. El primer día fue como la ilusión que tiene un niño el día de Reyes. El espectáculo fue de recuerdo. Los peces estaban tranquilos y confiados. Ese día pude haber llenado la nevera, pero cogí 3 piezas y di por concluida la jornada. Ya estaba feliz.
Al día siguiente tenía claro mi objetivo... Solo ir a por "la pieza". Que en este caso pensaba sería un Dentón. Pero, lejos de mis deseos, me encontré un panorama muy distinto. El jardín submarino estaba DESIERTO. Como podía ser que un solo día de diferencia hubiese provocado un cambio tan brutal? Así es la pesca...uno se hace pajas y luego hay lo que hay. En fin, que sigo haciendo mis esperas por si en algún momento cambiaba mi suerte, y vaya si cambió... En un fondo de 4 metros me posé detrás de una mediana roca, y frente a mi tenía un claro de arena, con algunas minúsculas rocas a la izquierda, y una montaña que levantaba 2 metros a mi derecha. Al minuto de apena, veo venir de frente un Cabezón enorme pegado a la montaña, por la parte baja. Cuando se iba acercando no estaba seguro de lo que era, pues estaba perfectamente camuflado con el fondo oscuro que ofrecía el resguardo al amanecer. Cuando lo tuve frente a mi, a unos 3 metros, gira y pude darle un disparo, que para mí sorpresa es bastante bajo. El animal empieza a tirar con una fuerza tremenda. Ahí es cuando me doy cuenta del porte que puede llegar a tener. Suerte que la varilla le había pasado entera y hace de zafable contra el nylon. Un poco de cariño para subirla y la abrazo como si no la hubiera visto en años (cosa cierta jaja) . En mis brazos la remató y alucino con este récord personal de Urta de 6,5 kilos, en tan solo 4 metros de profundidad. Que bonitas son!!!
Os deseo a todos un año lleno de aventuras y salud!!