El Primero de Stefano
Este Domingo, debido a un viaje de trabajo, tuve la oportunidad de visitar los fondos Venezolanos. El plan inicial era ir a Farallón Centinela con el compañero José Gregorio Díaz (Sumergido), pero recibí una llamada el día anterior diciéndome que no podría ir.
Rápidamente cambié de estrategia y llamé a mi compañero Manuel, que me tenía que traer mis equipos y le dije que dejara todo ahí, que mañana iríamos Stefano y yo a pescar con él. Llegamos temprano en la mañana y tiramos el bote al agua para ir a nuestro íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“huertoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â.
Fuimos Ricardo íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“El MaestroíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, Manuel íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“El campeóníƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, Stefano íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“El diplomáticoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ y yo (íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“El turistaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â). La verdad es que con semejantes fieras en el agua (lo digo por los otros, que conste
), todo lo pescable iba a ser pescado.
Llegamos al sitio y yo, como de costumbre, me tiro de último (hay otros por ahí que llevan la máscara puesta y el tubo en la boca y se tiran apenas el ancla toca el aguaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.
). Stefano hace una bajada y sube con una linda colirrubia en la varilla. Le sigue Manuel que no pincha nada y luego Ricardo sube con un parguete. Yo me ventilo muy bien en la superficie porque en Puerto Rico mis cotas operativas son definitivamente inferiores y cada vez que pesco en Venezuela paso algo de trabajo (se pesca en 24-28 mts. Contra los 15- 20 de PR). Miro mis marcas en la costa y comienzo mi descenso. El agua está bien; no muy clara pero aceptable. El fondo se comienza a intuir luego de los 10 primeros metros, corrijo mi caída y llego al fondo. Nada más llegar, veo un lindo pargo aguadera inmóvil en la entrada de una cueva donde ya he pinchado unos cuantos. Es cuestión de apuntar a la cabeza y dejarlo fulminado! Me encanta cuando me salen esos tiros (que no es casi nunca
). El pescado simplemente se quedó inmóvil y giró panza arriba por el peso de la varilla en la cabeza. Impresionante!
Subo de lo más contento! Primera bajada y el pescado del día!
Sigue la jornada y Manuel pesca un íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“SolíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ (Pompano Africano). Me dice que le entraron varios (estos peces son de agua íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“fríaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â, es decir aparecen cuando el agua baja a 22-25 Grados y se alimentan casi exclusivamente de calamares). Sigue la pesca y ya tenemos 2 colirrubias, 6 parguetes, dos carites (sierras) además de mi pargo. Hago otra bajada y me entra un banco de unos 4-5 soles no muy grandes pero de talla y logro pinchar uno. La verdad es que deben haberme acompañado un buen trecho de mi bajada, porque cuando llegué al fondo y abrí bien los ojos, tuve que echar para atrás el arpón para disparar de lo cerca que los tenía(y así he fallado muchos tiros en mi íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“carreraíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â).
Volvimos a la costa y almorzamos con los parguitos que capturamos acompañados de tostón y ensalada
y al cabo de dos horas (todavía echándome eructos), volvemos a salir Stefano y yo. Esta vez a un sitio menos profundo donde en condiciones particulares, se pueden hacer buenas pescas de barracudas. Se inicia una matanza; cada bajada era una picúa (ninguna muy grande, pero decentes. No hay fotos, lo siento). Luego de haber sacado 7 picúas entre los dos, le digo a Stefano que BASTA y nos movemos a otro punto donde con el agua limpia se pueden encontrar los petos.
Ya está oscureciendo y me cuesta ver cuando estoy en el fondo. Hay una ligera corriente en la dirección que le gusta a los petos, pero no han aparecido. Decido hacer una última bajada antes de irnos y al subir (luego de no haber visto NADA) oigo los gritos de Stefano: íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Marcooooo!!! Vieni súbitoooo!!!!!!íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ (en perfecto Romano
) nado a toda velocidad hacia él esperando que no tenga un problema, porque tendría que esperar lo suyo hasta que me recupereíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.
Y veo que su carrete está vacío y algo le jala hacia abajo. Peto? Le pregunto. Y me contesta con la cabeza que si. Ya se le han desgarrado unos cuantos y me dedico a hacerle de íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“coachíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ÂíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ No lo jales! Nada detrás de él! Recupera apenas te dejeíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Déjalo correr si jala! Y asííƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Cuando ya veo el resplandor en el fondo me ventilo y bajo a rematarlo, pero en la penumbra (ya estaba bastante oscuro) veo que hay íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“algoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ revoloteando al peto. Es una picúa de buen tamaño que al verme se alejaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Me aseguro de que el peto está bien clavado y no se desgarra e intento el lance con la picúa. Está nadando hacia el fondo dándome la cola, el tiro que
MENOS me gusta (los fallo todos
), pero no me da otra posibilidad. Disparo y como era de esperarse, falloíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦.
Todavía estoy a media agua al lado del peto, lo sujeto por las agallas y lo subo a la superficie. Los gritos de Stefano se oyen en Roma y yo estoy muy contento porque mi amigo ha quemado otra etapa de su íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“MasteríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ en pesca Tropical (guasinucos, picúas, Mero aguají y ahora peto!
). Creo que ya está íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“GraduadoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â.
Las fotos de la faena: