Dentex Time íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â€šÂ¬í…“ First Contact
a mi abuelo
La naturaleza es caprichosa. Tan pronto nos castiga con duros temporales como nos regala estupendos días de pesca. El resto lo ponemos nosotros añadiendo esos otros alicientes que rodean a las salidas de pesca: poniendo a punto el material, recordando esos encuentros con las piezas soñadas, analizando en detalle cómo actuar, cómo atacar esa piedra que conocemos con ese ejemplar escurridizo, ese puesto de esperas que en ocasiones nos hace subir cardiacos. Y por supuesto, encontrarse con esa persona que hace tiempo ascendió de amigo a compañero de pesca. La gente puede pensar que estamos locos, pero con un entorno asííƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¿quien no lo estaría?
El levante arrastra consigo los últimos días de verano. Nuevamente el enésimo temporal encadenado castiga nuestra moral. Cuando ya parecía que iba a dar tregua, de nuevo se enfureció y durante toda la semana ha soplado incansable. Acercándonos ya al fin de semana parece que cae y el viernes ya no sopla, pero ha dejado una mar de fondo considerable y agua negra negrísima.
íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Se están sacando llampugas gordas por detrás de las redes, en los 60íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ me comenta un pescador localíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Ya estamos en la segunda quincena de septiembre y el DENTEX TIME llama a la puerta. El recuerdo de los lances del año pasado se encarga de mantener la moral bien alta. Este año hay que resarcirse y corregir los errores del año pasado. Repasando mentalmente aquellos lances fallidos y analizando detalladamente las circunstancias.
Como me comentaba un gran pescador, en la pesca del dentón influyen gran cantidad de factores, desde los más obvios como son la acuaticidad del pescador y su pericia para encontrar un buen puesto, además de las corrientes, momento del díaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ hasta otros detalles más insignificantes como donde está fondeada la boya. Pero sobre todo, por encima de todo lo demásíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ está la propia voluntad del dentón. Hay días que aún haciéndolo todo perfecto, el dentón no aparece o se muestra indiferente y alejado, y otros en los que hasta el más inexperto de los pescadores da el campanazo. Intentaremos pues aprovechar esta última premisa.
El fin de semana empieza un tanto desalentadoríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ la granizada más gorda de los últimos 7 años castiga la ciudad de Murcia momentos antes de que yo pasara por ahí con mi coche. La lluvia posterior es brutal anegando carreteras y haciendo que tenga que desviar mi camino por otras vías más seguras. Finalmente llego a mi casa en la playa en el momento en el que la tormenta pasa de refilón. Hacia el sur, el sol de septiembre brilla radiante y hacia el norte una nube negra y baja descarga con intensidad salpicada de inmensos rayos y ruidosos truenos que retumban y se repiten infinitamente. La naturaleza es caprichosa.
Yo he venido a pescaríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ el mar está como expectante, la tormenta no lo ha agitado pero yo diría que se ha quedado con las ganas. Sin mucho convencimiento me dispongo a meterme al agua. Con el 90tovarich en la mano voy acechando en la más absoluta turbidez. Hay que saber distinguir entre pescar con agua turbia y esto. No soy muy dado al agua turbia pero alguna vez ya me he enfrentado a ella, pero esto sobrepasa todo lo que había pensado. Al rato salgo del agua ya escarmentadoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ cuando el agua parece que está lechosa es que está lechosa (afirmación contundente, pero que quería comprobar in situ) Apenas había un metro de visibilidad, pero con algo de suerte llevo en el pasador un sargo de 850gr pescado al acecho. Salgo satisfecho.
El sábado Alvaro me plantea una salida en barco. Pensamos que más adentro el agua puede estar algo mejor. Llegados al primer punto donde probar suerte vemos que se nos han adelantado, Paco y Alex están haciendo de las suyasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ así que tras saludarles nos vamos a otro punto. Fondeamos y vemos que el agua está pescable, pero muy sucia. Dependiendo de las zonas la visibilidad oscila entre 2 y 4m. Lo intentamos un buen rato, haciendo esperas alternativamente íƒÂlvaro y yo.
No sin dificultad hemos localizado un corte bueno, y estamos haciendo esperas y acechos sobre el pero en ocasiones la leve corriente nos saca de el y algunas caídas son infructuosas. Se ve vida, hay muchos sargos, algunos buenos y sobre todo mucho pescao pequeño que se aprieta al cantil.
Me toca bajar, caigo lentamente y veo el cantil, me pego a el y espero unos segundos. Avanzo lentamente y vuelvo a pararme más adelante, sigo avanzando y de la densa niebla sale un doradote chulo que estaba comiendo abajo, me sube un poco pero me pilla en pleno desplazamiento y se da cuenta dando media vuelta y huyendo rápidamente al sentir el frío acero de la 7mm pasar cerca (no lo suficiente). Ha sido el primer disparo con el 115 tovarich versión 2.1 un disparo demasiado rápido e improvisado y casi íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“al bultoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ ya que perdía de vista la dorada.
En el turno de íƒÂlvaro hace una espera abajo del todo y me comenta que ha visto un dentón bonico. Seguimos alternando bajadas y de nuevo me toca a mi tras un par de caídas lejos del cantil volvemos a recuperar la posición. Caigo de nuevo, lentamente y me pego a la pared. Avanzo despacio, con el fusil medio recogido, más adelante hay un saliente rocoso, me planteo una espera ahí. Voy acercándome lentamente, las castañuelas se agrupan consistentemente y un banco de mojarras empieza a asomar. Justo antes de llegar estampida de castañuelas y mojarras y un dentonaco que aparece a un metro de mi pegando un aspaviento al encontrarse de frente, yo también me asusto y reaccionamos ambos a la vez, yo sacando el fusil para disparar y el pegando un fuerte sprint perdiéndose y haciendo un túnel de castañuelas. Ganó el, no llegué a apretar el gatillo.
Llego a superficie aún tembloroso con la mano derecha sobre la cabeza para contarle a íƒÂlvaro el lance. No hubo más oportunidades el resto de la mañana pero volvemos a casa satisfechos por el día de pesca.
Por la tarde íƒÂlvaro ya regresa a Murcia tras la íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“Pausa-PescaíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ en sus estudios y yo me quedo en casa viendo como nuevamente el levante comienza a soplaríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Yo tenía pensado para el domingo tocar nuestro huerto dentonero, pues tenía palpitaciones y muchas esperanzas puestas en el, pero con este levante se ponía la cosa complicada. Con preocupación me acuesto planeando una alternativa por si el levante se embruteciera durante la noche.
Suena el despertador a las 6íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â‚¬Å¾í‚¢30 de la mañana. He soñado con dentones toda la noche, el encuentro con el cacharrazo de ayer me ha dejado trastocado. Cuando abro los ojos no puedo pensar en otra cosa. Me asomo corriendo a ver el maríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ un escalofrío recorre mi espalda: El mar está calmado, el levante cesó por la noche, la bandera azul de la playa, descolgada tras sufrir todo el verano levante tras levante, apunta al suelo.
A la mierda mi plan alternativo, íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡íƒÆ’í¢â‚¬Å¡íƒâ€š¡me voy a calzarme un dentonarro!! Con la pesadumbre de la noche anterior no preparé el equipo y ahora tengo que meterlo todo en el coche por lo que mi ansiado encuentro se retrasa y hasta las 7íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒÂ¢í¢â‚¬Å¾í‚¢15 no salgo. Camino hacia mi destino la claridad empieza a invadir el oscuro firmamento con todas las tonalidades azules posibles.
Llego por finíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ mi gozo en un pozoíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ veo con resignación que ha saltado de nuevo el levante, con cierta intensidad empieza a remover la ya existente mar de fondo y además, un compañero pescasub está ya en la orilla ataviado convenientemente. Hay que tomar una decisión ya. El huerto es grande, puedo probar a meterme por otro lado y aguantar el levante hasta donde pueda (tengo cierta tendencia a marearme). Bueno, dicho y hecho, cojo el coche y me desplazo un poco para entrar por otro lado. Ahí si que estoy solo. Me meto al agua y sorprendentemente está bastante limpia, dejo el 90 tovarich en la boya y empuño el 115 para darle nuevas oportunidades.
Esta zona también la conozco bien, especialmente unas piedras en las que frecuentemente veo piezas interesantes. Así que es lo primero que voy a visitar. En la primera espera no veo nada. Unas cuantas esperas más y tampoco. Bueno, voy a dar un garbeo por ahííƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ el mar está bastante agitado y rompe con cierta intensidad, pero el agua está clara así que mis mareos por ahora no corren peligro. En la zona espumosa cosigo hacerme con un par de sargos buenos, el tovarich115 está intratableíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ donde pongo el ojo pasa el hiloíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ Estoy muy a gusto en el agua, puesto que voy solo me planteo no pasar los 2min en ninguna espera y no pasar los 12 o 13m de profundidad. Además, hoy se ve que la vida está arriba. No hay que hacer tonterías. Con el par de sargos en el pasador me voy de nuevo a visitar mi piedra.
Un banco inmenso de salpas ha colonizado mi piedra. Me pongo a hacer unas esperas y me entran dentones pequeños, insolentes y maleducados se pasean a distancias de infarto por delante del tovarich como si de un simple juguete se tratase. Paso de ellos y a lo lejos, a contraluz veo la silueta de un congénere mayor. Está quieto, me observa desde lo alto de una piedra, con desprecio se gira y se pierde lentamente. Hago alguna espera más pero solo los pequeños osan a jugar con la muerte.
Me voy de nuevo a dar descanso a mi piedra. Tras un paseo largo e infructuoso vuelvo a mi piedra. Nuevas esperasíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ los pequeños no estáníƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ el banco de salpas sigue por ahí.
Una nueva espera, caigo sobre una piedra y un poco más adelante tengo otra piedra con visera en la que veo la silueta de un merito. Hago un acecho desde mi puesto para observar ese merito. Es pequeño y con un gracioso giro se mete entre las piedras. Subo la vista y me quedo de piedraíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ dos dentones gordos pasan tranquilamente fuera de tiro, creo que ni me han visto pues estoy metido casi completamente en la visera. No muevo ni una pestaña. Los dentones se detienen, se me quedan mirando, paradosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ muy despacio les voy enfocando con el fusil. Intuyo alguno más por mi derecha pero no miro siquiera, estoy completamente concentrado en estos dos ejemplares. Menudos cabezones, mofletudos y dentudos. La librea azul eléctrico y el vientre blanco. Expectantes, quietos y yo en mi puesto también expectante, completamente inmóvil, esperando a que muevan carta, pero no, pasan los segundos, la mar de fondo se empeña en moverme pero no quiero, soy una piedra más y me lo repito mentalmente una y otra vezíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ soy una piedra, soy una piedra.
Les llamo suavementeíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ un uuuuuuk largo y suave, no se dan por aludidosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ SI, se mueven finalmente!! Desganados avanzan un metro, me la podría jugar, pero parece que entraráníƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
NO!! Se vuelven a giraríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ me la tengo que jugar!!
Me acuerdo de Karayo y de Pau..
íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦el tovarich es una máquina de coseríƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚ recuerdo también la famosa desviación a la izquierda, pero ya está corregida y se ha portado muy bien con los sargos antesíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦ pero eran sargosíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Mientras pensaba todo esto la varilla ya había salido en busca del desafortunado dentón que se las prometía muy felices a esa distancia que ha dejado de ser íƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€¦í¢â‚¬Å“prudencialíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚Â. El carrete vuelve a cantar con todas sus ganas mientras voy ganando los escasos 6m que me separan de la superficie.
El dentón finalmente se rinde en una repisa esperando a que lo recupere ya sin muchos problemas.
Esto es solo el principioíƒÆ’í‚¢íƒÂ¢í¢â‚¬Å¡í‚¬íƒâ€ší‚¦
Saludos a todos.
