En un deporte como el nuestro, el tema de la seguridad debería ser el aspecto más comentado y más debatido, sin embargo solemos relegarlo a un segundo plano porque pensamos que ya está todo dicho. Pero no debería ser así.
Cada año se inicia en este deporte gente nueva, a quienes aún no les ha llegado las repetidas y repetidas advertencias que se publican en los diferentes foros. Así que nunca está de más repetirse y repetirse sobre determinados asuntos, principalmente el de la seguridad.
En lo que respecta al uso de las armas, sean del tipo que sea, el peligro existe SIEMPRE que el fusil esté cargado.
Importa muy poco el renombre y la marca del fusil, del mecanismo, y del arpón que usemos.
SIEMPRE debemos tener presente que el arma puede dispararse, y seguramente en el momento menos indicado.
Cualquier fallo que se produzca, ya sea en la colocación del arpón, en el uso de un talón de varilla inadecuado para el mecanismo utilizado, en un fallo del propio mecanismo utilizado, etc. debe terminar simplemente en un susto. En un susto por el disparo imprevisto. Nada más. A partir de ahí toca hacer análisis personal.
Llevo unos 25 años pescando regularmente, y usando todo tipo de fusiles. Para mí, los mejores mecanismos del mercado que nunca se hayan hecho, también se me acababan disparando solos con el uso de varios años. Es lógico, puro desgaste. Pero a veces también se producen disparos í¢â‚¬Å“fortuitosí¢â‚¬Â en mecanismos que se encuentran perfectamente. No vendrá mal repasar algunos puntos para evitar esto, sobre todo para los no avezados.
- Primero. Tras introducir la varilla en el mecanismo hasta el final de su recorrido, debemos asegurarnos de que el gatillo retorne a su posición correcta y pueda bloquear la leva correctamente.
Si no ocurre así, peligro. Como posibles causas tenemos un muelle débil, o simple suciedad en el mecanismo que no deja mover libremente la leva o el gatillo. La arena en el mecanismo suele ser uno de los problemas más comunes.
Es tarea FUNDAMENTAL del pescador comprobar, cada vez que introduce la varilla, que ésta se aloje en el mecanismo perfectamente y el gatillo recupere su posición normal bloqueando la leva.
- Segundo. Debemos estar seguros de que la carga de las gomas sea soportable por el mecanismo. Esto es algo básico, pero no por sí suficiente, ya que se han producido disparos fortuítos en mecanismos prácticamente nuevos, con resistencias sobradamente holgadas, por las otras causas que venimos comentando.
Es tarea del pescador no sobrepasar la carga en kilos recomendada por el fabricante, y si lo hace, ya sabe a qué se expone.
- Tercero. Conviene asegurarse de que las varillas que estamos utilizando sirven para el mecanismo empleado. Como la inmensa mayoría de las varillas del mercado sirven perfectamente para el mecanismo de nuestros fusiles, pensamos que esto siempre es así, y para nada. Existen fusiles, incluídos algunos de muy alta gama, que requieren de varillas con el rebaje posterior cuadrado y no redondeado. Si utilizamos varillas con el talón redondeado, veremos cómo se produce un disparo fortuíto en cuanto las gomas traccionen sobre el arpón.
Es tarea del pescador asegurarse de que el tipo de arpón utilizado sirve perfectamente para el fusil que tiene en su poder.
- Cuarto. Algunos mecanismos poseen la capacidad de regular la distancia de disparo, algo muy apreciado por muchos pescasubs, entre los cuales me incluyo. Otros no la tienen, pero muchos usuarios hacen í¢â‚¬Å“apañosí¢â‚¬Â para reducir la distancia de disparo, limando la uña del gatillo o la leva. Este es un tema crucial y muy peligroso. Tanto más peligroso cuanto más fino queramos realizar el disparo.
Es tarea del pescador pensar que, si siempre debemos tener presente un disparo accidental, esta precaución se debe extremar si llevamos el gatillo í¢â‚¬Å“al peloí¢â‚¬Â.
- Quinto. Debemos tener presente que un gatillo que soporta grandes cargas, y al que se le pide un recorrido corto de disparo y una buena sensibilidad, cuando está cargado, se encuentra en un í¢â‚¬Å“fino equilibrioí¢â‚¬Â que resulta mejor no someter a pruebas, como golpes, caídas, o llevar en un barco dando pantocazos...
Es tarea del pescador, pensar que si algo malo puede pasar con el fusil, seguramente pasará tarde o temprano. Ciertas costumbres, algunas de pescadores con mucha experiencia, no deben servir de ejemplo para los más jóvenes por el mero hecho de que í¢â‚¬Å“él lo hace y nunca le pasó nadaí¢â‚¬Â. El sentido común, el menos común de los sentidos sobre todo con niveles bajos de O2, nos dice claramente cuando estamos haciendo algo indebido en el uso y manejo de este tipo de armas, por más avances y prestaciones que les exijamos, siempre responderán en función del cuidado que le dé el pescador.
Si se respetan todas las normas de seguridad, podremos hacer frente a imprevistos y problemas inherentes al material, ya sean roturas de aletas, problemas con los fusiles, etc.
Que todos los problemas se queden en sustos, y en luego una bronca al fabricante de marras si la culpa es achacable al material, sin disculpas ni paliativos. Pero lo dicho, que todo se quede en un susto. Algunas prácticas habituales que se hacen, y de las que uno se entera leyendo los foros, te ponen los pelos de punta.
Por lo que comentaba Only, sobre el seguro en las armas, es algo a lo que le di muchas vueltas hace tiempo. Pero me temo que el seguro de un fusil de pesca es lo menos seguro del mundo.
Con la excusa de que í¢â‚¬Å“tiene el seguro puestoí¢â‚¬Â he visto como muchos pescasub hacían verdaderas temeridades, y se olvidaban del í¢â‚¬Å“posible disparo accidental siempre presenteí¢â‚¬Â. Fusiles cargados fuera del agua, en el barco, apuntándose bajo el agua í¢â‚¬Å“porque tiene el seguro puestoí¢â‚¬Â.
No hay seguros 100% seguros, y posiblemente el relajar ciertas normas de seguridad aumenten el riesgo en la balanza de posibles accidentes con este tipo de armas. Yo al menos, no lo tengo muy claro.
Como siempre, mucho cuidado.
Un saludo.
Javi.