Normalmente mis posts de "Cuenta al mundo tus salidas de pesca" son alegres y tienen fotos de buenos peces. Este no.
El sábado me pasó algo que seguramente va a marcar mi vida como pescasub y es algo con lo que he estado soñando todas estas noches. Les cuento.
Salgo a pescar con mis dos hijos, Miguelito (ahijado y pupilo que sale conmigo desde que tiene 10 años) y Ricardo "El maestro". El agua estaba buena, pero no habíamos encontrado pescado en los dos primeros puntos visitados.
Decidimos movernos a un pesquero profundo donde solo voy con Ricardo cuando me siento en forma (y me sentía). Veo a Ricardo bajar y a Miguelito hacer una espera a media agua. Se le acercan dos petos y en lo que está a punto de disparar se escucha el PUUUMMM! del neumático de Ricardo y estos se espantan lo suficiente para salirse del alcance de su fusil. Ricardo sube con un medregalito y Miguel se queda con cara de tonto.
Yo me había estado preparando y apenas se dicen cuatro cosas y nos reímos todos, hago mi bajada... Doy unos ocho aletazos y me dejo caer... Veo la silueta del "velero", un pecio que está en unos 35 metros de fondo y cuando estoy cayendo como un hoja muerta, un lindo pargo de unos 6 Kg me viene a ver de frente y lo convierto en unicornio
.
Nos quedamos en el sitio, pero no vemos más nada pescable y le digo a Miguelito para ir nadando a otro pecio que queda a unos 300 metros de ese, pero que está en 20 metros de fondo, para pescar más cómodos y relajados. Miguel está muy fuerte, pero tiene apenas 22 años y me da mucho miedo... Es un muchacho muy consciente y siempre me pide que lo vigile cuando baja hondo, pero igual está en la edad en la que suceden las desgracias y SIEMPRE se lo recuerdo. Últimamente se ha convertido en el mejor compañero de pesca que tengo; pescamos a las mismas cotas, nos respetamos, pescamos muy relajados, nos divertimos, compartimos la pesca y nunca hemos tenido el más mínimo asomo de "impasse". Con mis hijos también disfruto mucho, pero es otra cosa, además que todavía están muy pequeños.
Le digo a Miguel que haga la primera bajada. No ha sacado nada y el día anterior no pudo pescar. Ya yo había sacado dos pescaditos el viernes en la tarde y mi nevera estaba full
.
Lo miro, lo espero y cuando sube me dice: "Ahí está!".
Ya llevábamos unos 6 meses sabiendo de la existencia de
UNA BESTIA de pargo en ese punto. Miguel lo había visto varias veces sin tener la oportunidad de tirarle y yo lo ví una vez y hasta lo había vacunado; una vez, con el agua clara, lo ví sobre la arena en una caída y le hice un disparo que le tocó la cabeza y sono "TOC!" rebotando mi varilla. Era TAN GRANDE que me parecía que estaba mucho más cerca, pero en realidad estaba al límite del alcance de mi 110 con 2 x 16 y varilla de 7 mm. Eso se lo había contado solo a mis hijos y les había pedido que guardaran el secreto. A un pescado así no se le dispara si no se está seguro...
Miguel me comenta que cuando iba bajando lo vió posado sobre la cubierta y al verlo, se metió dentro del barco. Pero que se escondió tranquilo, sin explotar.
Me toca bajar a mi. Me preparo muy bien y decido asomarme dentro del barco a ver si todavía está por ahí. Aunque se la pasaba en ese pecio, estos peces se mueven de zona y un animal TAN GRANDE no puede esconderse ni que quiera...
Caigo muy sigilosamente y me asomo. Qué es eso que se mueve? MIERDAAAAAA!!!!!!
Veo la cola alejándose hacia una habitación del barco. Sin exagerar, la cola tiene más de 60 centímetros de altura. Parece que me siente y se voltea. Lo tengo de cara a 1 metro de la punta de mi varilla recién afilada con perfiles tri-cut. La cabeza es GRANDE-GRANDE! Mi cabeza le cabe fácil en la boca y los colmillos deben tener casi 10 cm de largo! He visto pargos grandes, pero ninguno como este. Tiene como mínimo 50 Kgs, pero puede tener más de 60-80 Kgs. Es deforme y negro. Simplemente imponente.
He sacado peces más grandes, pero más tontos (o confiados). Estos pargos, cuando llegan a este tamaño (y menos, de más de 10 Kgs ya son trofeos), es porque han visto muchas cosas a lo largo de su vida y saben lo que es un pescasub. Y más en la zona donde yo pesco que está muy trillada. Su comportamiento es muy diferente al que he visto en los videos del Pacífico. Estos "explotan" y son muy, muy desconfiados. Aunque a veces deciden suicidarse, como todos.
Pasan mil pensamientos por mi cabeza en una fracción de segundo....
"Intento apagarlo con un tiro al cerebro? Es muy duro y no entra la aletilla? Espero que se voltee? Lo dejo vivir?"
Al final puede más mi instinto de cazador y me decido por un tiro frontal-diagonal un poco más bajo del ojo para pasarle la agalla a la altura del cachete y asegurar que la aletilla (y todo lo demás) aguante.
Se forma el cojeculo y veo al pargo salir disparado hacia adelante, para girar varias veces en tirabuzón sobre su propio eje y virar en 180° para meterse dentro de una bóveda mientras voy subiendo soltando carrete. Suena PUM PUM PUUUMMMMM!!!!
Vuelvo a pensar mil cosas mientras subo: "Déjalo que se encueve que después lo sacamos entre varios... El dyneema que acabo de comprar en los EEUU es buenísimo. Eso dicen los gringos. El nylon lo acabo de cambiar y es de 1.80 del bueno. Eso aguanta. La varilla es una Sigal de 7 mm con minitetones y aletilla reforzada, no va a partir por la muesca. La vuelve mierda, pero no parte. Todo va a salir bien... "
Llego arriba y TERROR! No siento tensión! Qué carajo pasó!!??
Miguelito me mira y me pregunta: "Le diste, verdad? Se escuchó un mierdero desde aquí arriba!" "Y lo perdí" Le contesto. "Con un tiro en la cabeza que lo va a matar"...
Al recoger veo que el nylon se salió por la grapa: Está raspado, pero no cortó. Aguantó bastante bien la abrasión, pero LA GRAPAAAA!!!!??
. Haciendo memoria, recuerdo que las grapas que tenía eran para nylon de 2 mm y no me había gustado mucho como habían quedado, pero le había quemado la punta al nylon haciendo una bolita y había apretado bien utilizando la pinza adecuada. Pensé que aguantaría... Ya había sacado 4 petos con esa varilla sin problemas, uno inclusive me estuvo paseando por un buen rato y hundío la boya unos 20 metros, pero la fuerza de este pargo era demasiada y lo que podía fallar, falló.
Llamamos a Ricardo y lo estuvimos buscando por horas. Revisamos cada rincón del barco. Inclusive navegamos a ver si se había aboyado y estaba flotando. También lo fuimos a buscar al día siguiente, pero no apareció. Nunca.
La rabia que me da es que lo perdí por errores totalmente míos. Lo primero, no intentar apagarlo; por más duros que sean, con que le entren 5 cms de varilla y le toquen el cerebro, lo dejaba tocado y tranquilo para que Miguelito le diera el tiro de gracia, pero pensé en singular, como si estuviera pescando solo (y es como suelo pensar, no me gusta depender de los demás). Lo más grave, sabiendo que en nuestras aguas CUALQUIER COSA puede aparecer, TENGO que cuidar que mi material esté SIEMPRE perfecto.
En fin, llevo 3 noches soñando con el pobre pargo que acabó sus días como comida de las morenas y gusanos (porque ni tiburones hay aquí...) y aún durante el día me vuelven las imágenes y pensamientos de cómo murió un coloso del mar, que debe tener al menos mi edad, a manos de un pendejo que a pesar de su "experiencia" no supo qué hacer en su momento.
Estoy triste. Muy triste. Casi como cuando se muere un buen amigo.
Y muy enojado conmigo mismo.
Saludos.
