Esta es la crónica de mis últimas dos salidas.
Cómo dice el título, de novato con mis cagadas, que espero ir dejandolos atrás.
2018/10/26 Puerto de Getaria
Después de un viajecito de 40 min en mi Polo a reventar con todo lo que llevo, por si las moscas, llego al puerto un poco después del amanecer.
Aunque había planeado llegar antes, como siempre, me retraso.
Como tira la cama!
Preparo todos los bártulos al lado del coche, bien colocaditos en la nueva plancha que me compre hace poco.
Y menos mal!
Gracias a un brico chapucero para hacerme unas cinchas, me lo echo todo a la espalda y toca un poco de "rapel" con cuidado, por las escolleras hasta llegar al colector que es por donde se entra.
Empiezo haciendo esperas muy cortas por la escollera, a ver si hay algo, aunque si cuento la verdad, hasta ahora nunca he visto gran cosa por ahí.
Después empiezo a intentar darle la vuelta al "ratón de Getaria', hay buena visibilidad, unos 4 metros y muy buena mar.
En el primer tramo no veo gran cosa, hago alguna espera en una lasca donde semanas antes había visto un grupo de bonitos dentones, pero está vez no los encuentro.
Pero en un acecho, veo un salmonete de unos 750gr escarbando, va a ser el primero al que le dispare en mi vida.
Sus congéneres me han parecido siempre tan poca cosa, que nunca les he disparado.
Llevo un 95 doble goma, que me cuesta cargarlo la tira, por lo que ha riesgo de que se esfume, decido no bajar tetones y disparar a una buena distancia para no doblar la varilla.
Así hago, apunto a placer y a unos 3 metros, disparo.
A pesar de mis dudas, todavía no le he cogido el tranquillo al fusil, le doy, con la varilla algo enrocada.
No sé mueve el salmonete por lo que empiezo a tirar de la varilla para desenrocarlo. En cuanto consigo sacar la varilla, se desgarra el salmonete y sale disparado, huyendo. Le había dado en la aleta superior y lo que le impedía escapar era que estaba atascado entre el fondo y la varilla, por lo que al sacarlo se soltó.
Intento perseguirlo pero no está muy herido y lo pierdo.
En cuanto desisto, saco dos conclusiones con el lance.
- 1a.- Tengo que asegurar primero la pieza antes de sacar la varilla.
- 2a.- Qué bien me vendría un neumático para darle a la reductora con un dedo y disparar a bocajarro
Llego a la primera punta, es la primera vez que llegó hasta allí, unas veces por mala mar, suele haber más corriente, y otras por falta de tiempo. Soy consciente de que suelo recrearme demasiado y que apenas avanzo en mis jornadas de pesca, aunque creo que cuando ya conozca bien las zonas eso cambiará.
Voy pegado a la pared y veo que hay una caída bastante vertical, parece interesante.
Me zambullo con la intención de saber lo que me depara el fondo en esa zona. Ya cuando he bajado 4 o 5 metros veo como se aleja un buen sargo a toda prisa, mecaguento! Sigo bajando y un par de metros más abajo, me encuentro con una cueva enorme con tres entradas bien grandes.
Dentro, hay un grupito de muxarras de buen porte que nada más verme salen por mi izquierda sin darme oportunidad de tiro, aunque si somos sinceros, con la sorpresa que me ha dado encontrar la cueva y los inquilinos que lo habitan, dudo que les hubiera disparado aunque pasarán rozandome.
Por fin me repongo de la impresión y todavía queda un breado gordote al fondo de la cueva, eso sí, tranquilito él, al lado de una salida.
Intento parecer inocente, hago ruiditos, pero parece que no cuela, está tan campante, mirándome, pero no sé pone a distancia de tiro.
Estamos así un buen rato hasta que decide darse la vuelta e irse por la salida más cercana.
La cueva ya está vacía por lo que me toca subir, me cago en todo lo que se puede cagar...
Bueno, después de esa picada me quedo por las cercanías a ver si alguno de esos bichos había decidido quedarse.
Parece que no ha sido así, aunque según avanzo un poco, veo que los sargos andan por esta zona alimentándose y todos tienen un tamaño decente, así que, un par de acechos y esperas, y consigo pinchar uno. Un lance bastante bonito, termino un acecho con una espero encima de una piedra, al descubierto. Cuando estoy encima de esa piedra pasa un grupito de sargos, echo marcha atrás y me meto casi por completo en una grieta, mientras hago ruido con la garganta.
Ha funcionado, viene uno de ellos derechito hacia mi, espero que se acerque un poco má, ya que al meterme en la grieta me he quedado en una postura bastante incómoda y no puedo despreglar el brazo para apuntar.
Cuando ya está a 2/3 metros se da la vuelta el condenado, y no me queda otra que disparar con el fusil a la altura de mi cintura, a la desesperada.
Parece, que he fallado, como normalmente hago, acierto menos que con la escopeta de la feria.
Empiezo a subir y miro por donde ha quedado la varilla, por si se ha enrocado soltar carrete, cuando veo, que hay algo plateado danzando frenéticamente en el hilo.
No me lo creo, pero si, le he dado y está pasado.
Bajo enseguida a cogerlo ya que
tiene el tiro muy arriba, prácticamente en la aleta y se puede desgarrar.
Hago otro par de acechos sin suerte y decido dar la jornada por terminada, visto que está rompiendo demasiado fuerte para mí gusto en la siguiente punta.
Así que, otra vez termino la jornada sin darle la vuelta al ratón.
Llego hasta la escollera, y decido en un último impulso recorrerlo una última vez antes de salir.
Vacío, por lo que descargo fusil y me zambullo para recoger el plomo de la boya.
En cuanto alargo la mano para cogerlo, dios! El padre de todos los pulpos mirándome, lo agarro y empieza la pelea de 10 minutos hasta que consigo rematarlo y deja de debatirse, hasta entonces, había conseguido quitarme el tuba e impedir que le pudiera clavar el cuchillo entre los ojos.
4'5kg, después de limpiarlo y a falta de tres tentáculos.
Ahora sí, por fin salgo del agua.
Vaya tostón que he metido, uno que se cree escritor y realmente miro atrás en el tiempo y recuerdo que siempre suspendía lengua...
Además, cuando no hay muchos lances que contar uno se explaya en otras cosas jeje
En otro capítulo contaré la siguiente pescata, si no os aburrís con esta.
Un saludo.