El tema es "la imagen que no olvidaras", pues bien, siempre hay una buena y una mala, a mi la que mas me impactó fué la mala, paso a relatarla:
Esto fue en una zona de pesca que hay unas islas que la protegen del temporal, y es muy concurrida, a veces hay mas pescadores que peces, pero bueno, que me salgo, el caso es que un dia estaba pescando en medio de las algas, cuando de repente, detrasd e una de ellas me aparece una cosa blanca de pelo, a medi agua, no muy profundo, a unos tres o cuatro metros, os podeis imaginar el susto, subo cagando leches, me calmo y vuelvo a bajar, pues fuera lo que fuera, no se movia (que si no...) y ahi fue cuando lo vi, y me dieron todos los males, el del cabreo, de la impotencia, y la mala baba que me entró, lo que estaba delante de mi era un perro, de un tamaño pastor aleman, con el pelo blanco y largo, atado con una cuerda al cuello y una piedra al fondo, no os podeis imaginar la sensación, no fui capaz ni de sacarlo, no era capaz de acercarme lo suficiente, y eso que debí de estar como unos cinco minutos mirandolo, cada vez que me iba, daba la vuelta para cortar la cuerda y sacarlo para tierra, pero no era capaz, despues de un rato quise seguir pescando pero tampoco lo consegui, total que me sali y me cambié.
Estuve mucha noche sin dormir, tan solo cuando tuve el convencimieto de que al dia siguiente volveria y lo sacaria, pude dormir.
Y así fué, al dia siguiente volví al mismo sitio para hacer lo propio, pero o bien no di con el sitio, o bien alguien con mas valor que yo, ya lo habia hecho, espero que fuera esto ultimo, de todas formas, aunque la zona es bastante grande, se toman bien las referencias y creo que yo habia localizado el sitio, el caso es que alli no estaba, no se me dio por buscar la piedra a la que estaba atado.
Ahora voy poco a pescar a esa zona, pero cuando voy siempre me acuardo de la historia y procuro no pasar por la zona.
En fin, esa era la imagen mala, la buena fue la del primer congrio que pille, no era muy grande, unos 8 o 10 Kg, el caso es el siguiente, lo veo en su cueva, asomando solo la cabeza, la punta del fusil a menos de medio metro, yo a ras de agua, nos miramos durante no se cuanto tiempo, no se lo que pensaba él, lo que pensaba yo era que siempre habia que tener mucho cuidado con ellos, que si se enrocaban, que si te doblan las barillas, que si... total, que le largue un barillazo en toda la sesera y se vino conmigo sin ofrecer ni un poco de resistencia, llegue a la orilla todo axfisiado, creo que mas por la aventura (comedura de coco) que por la resistencia del animal, de todas fromas me quedo con la imagen de los dos mirandonos, por un momento fue idilica...
Saludos.